Hay canciones y mujeres que te hipnotizan, que te agarran de la mano y las pelotas para llevarte a su terreno y entonces estás perdido, feliz y perdido y con ganas de estirar el momento hasta que nada quede en pie, hasta que todo parezca un chiste o una despedida lacrimógena. Tal vez las dos cosas. Bienvenido a la enfermedad. El infierno baila en tu mente con movimientos lentos y está hecho de susurros y frases ambiguas, de cortinas decadentes y vasos siempre a medias. Entonces sólo puedes escribir cosas del tipo: “Estas mujeres que nos parecen diferentes a las demás suelen ser las más peligrosas, las que nos cambian la vida y casi nunca para bien”. Casi nunca es para bien todo lo bueno.
Quién no amó a Judy G. alguna noche.
Javier Cánaves
blackinvoice
Me quito el sombrero, señorita Lamento.
ResponderEliminarSensual la entrada, sí señor.
(Entre tod@s haceis que haya noches que me suba por las paredes)
Preciosa entrada, señorita.
ResponderEliminarQué gran verdad lo que dice ese señor sobre las mujeres peligrosas.
A usted no me la imagino yo agarrándome de la mano, pero sí de las pelotas. Pero bienvenido lo bueno aunque no sea para bien.
A sus pies, señores.
ResponderEliminarSi, si y luegon dicen que no son malas.
ResponderEliminarLolita lamento Tremenda!!!!!!
Besssssssss
Ese efecto me suena mucho. Ayyy... ya salió mi lado diva, jajjaja
ResponderEliminarUN besazo taconazo!!