miércoles, 3 de febrero de 2010

Lamento

Hoy que necesitaba una inyección de endorfinas, gastar mucha, mucha energía cuajada en forma de incertidumbre, y liberar todo el estrés que porto a cuestas interiormente, he tenido que saltarme la clase de Body Pump, mi gozo en un pozo. He ido a la de Spinning a duras penas, con una contractura lumbar de caballo, a ver si el deporte era tan bueno como para anular, o paliar al menos, la molestia. El monitor de Hapkido, (deportista de élite y uno de mis personal trainer), me ha metido en el despacho, me ha hecho cruzar los brazos por delante del pecho, me ha rodeado por detrás y me ha levantado como un saco de patatas parisinas. Mis vértebras han crujido de lo lindo y he sentido un gustito tremendo que ha durado 0'2, y que se llama -a ver...- poner la columna en su sitio. Me ha dicho que la "agujeta" perdura, pero que estaba arreglado. Así que cuando se me han quitado los colores y me he puesto bien la camiseta, me he ido a montarme en la bici, y ha sido un suplício el corregir la postura y el doblar el tiempo del pedaleo, amortigüado, claro que sí, por los mimos de los petados. Oye, qué atentos, qué tender. Total, que el dolor perdura, y joder si perdura, y no tengo yo el cuerpo para saraos musico-deportivos dance, ni Arturito mediante, pero no por ello vamos a dejar de rescatar un temazo de los nuestros. Vamos a poner entonces uno de los de cuando ya tienes que relajarte e ir parando la bici, y secarte el sudor divinamente, y mover los hombros hacia atrás como Eva Nasarre y estirar gemelos. Éste lo he llevado yo, porque soy así y me gusta dar amor y música.

No voy a mentir, a mí me pilló siendo una nena, -creo que hablamos del año 89 y yo miento (ma non troppo) en el perfil- pero yo era precoz para la lectura y la musicofilia y me compraba, ya ahí, la Super Pop, a la que renuncié prontamente en cuanto me decepcionó la calidad de los artículos... y de los pósters. El chasco más grande de mi vida no fué cuando supe que los Reyes eran los padres, sino el de esta gente, que pasaron a la historia como los padres del playback. Así que ahorraos las críticas deconstructivas, porque yo recuerdo que la gente era muy felíz cuando sonaba aquel chorus:  It's a tragedy for me / To see the dream is over / And I never will forget the day we met /Girl I'm gonna miss you ... y daban ganas de querer y de echar de menos. Y así lo quiero recordar. Con los ojazos que tenía Rob Pilatus. Eran tiempos ingenuos.

Ya está bien por hoy, aquí me planto, que el relajante muscular por poco me hace contaros el primer beso. A cantar. Que me duele.

6 comentarios:

  1. Me está usted arrancando confesiones, pero esa canción figura en mi mp3. Me gusta mucho. Y fue la única de ellos que consiguió cautivarme en su momento.

    Por cierto, muchas amigas mías estaban loquitas por ellos, la decepción femenina fue universal (también el regocijo masculino).

    Cuidate, niña, cuando hay molestias conviene parar. Si sigues forzando la recuperación se eterniza. Lo digo por experiencia.

    Hoy te envío un beso y un abrazo. Te noto triste.

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  2. ¿Pero cuántos años tenias???

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  3. Lolita Lamentofebrero 04, 2010

    De aquí a nada me cuentas que tienes el "Cuando zarpa el amor" de Camela... y cuando sube la marea al corazón ♫... Quedémonos en la superficie, Buscador ;D


    Me alegra saber que has retenido el dato fundamental, Anónimo :)

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  4. Pues eso... una cachonda mental jejee

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  5. No estaba triste, Busca, eso es algo que me permito muy pocas veces al trimestre. Pero... oye, es verdad, tampoco alegre.

    Gracias por el consejo :)

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Quien no lamenta no mama