Toda cosa, frase u objeto, pensada o dicha con la suficiente seguridad y profundidad, se vuelve importante, y aún más, trascendente, crea su propia estética, por ejemplo, si se dice "la sopa está muy buena", mientras comes un mediodía viendo el telediario no significa nada, pero si se dice "la sopa está muy buena" mirando a los ojos a la cocinera de la misma manera que mirarías una explosión definitiva, entonces la frase adquiere una profundidad casi metafísica...
Agustín Fernández Mallo, Nocilla Lab.
Me encanta, me encanta.¡Que cierto!
ResponderEliminarDesconocía a este poeta coruñés.
Buscando información sobre él (lo de la Nocilla me desconcertó un poco, ja,ja) acabo de enterarme de que tiene un blog. Lo seguiré.
Gracias.
Besos.
El blog es El hombre que salió de la tarta, y tiene otro en Fnac. Seguro que te gusta. Es físico según tengo entendido, y le da a la literatura un toque pop muy peculiar.
ResponderEliminar(Antes de "Nocilla Lab", van "Nocilla dream" y "Nocilla experience"). Por si quieres seguir el orden .)
lo que se aprende contigo niña
ResponderEliminarUn libro de Milan Kundera sobre el teclado de ¿su ordenador? Me encanta la foto.
ResponderEliminarA la cocinera hay que decirle mirándole a los ojos: Está muy buena. Añadir o no añadir: la sopa, ya es opcional. Pero si no lo añadimos la profundidad pasa a ser metafísica en su totalidad.