sábado, 17 de octubre de 2009

vírgenes de Falopio


Feliz. Solo con mis pantalones cortos, descalzo, el pelo alborotado, junto al fuego, cantando, bebiendo vino, escupiendo, saltando, correteando -¡esto sí que es vida!- . Completamente solo y libre en las suaves arenas de la playa con los suspiros del mar cerca y las titilantes y cálidas estrellas, vírgenes de Falopio, reflejándose en el vientre fluido del canal exterior. (...) Dejé que la comida se enfriara un poco para disfrutar un poco más del vino y de mis pensamientos. Me senté con las piernas cruzadas sobre la arena e hice balance de mi vida. Bueno, allí estaba, ¿y qué?.

Jack Kerouac, Los vagabundos del Dharma.


4 comentarios:

  1. Menos los escupitajos, el resto del cuadro que describes en envidiable

    Es mas, creo qeu te cojo la idea para llevarla a cabo el domingo, por lo que entonces, es seguro que lloverá.

    Buen finde Lolita lamento 8aunque creo yo que de lamento tienes poco)

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  2. Es un verdadero placer pasear por aquí. Anoto sus recomendaciones.

    Saludos,

    Virginia

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  3. Bueno, allí estaba, ¿y qué?

    No puede haber un balance más cojonudo de una vida.

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  4. Simplemente detenerse y mirar hacia dentro, ya es un gran triunfo...
    Lo digo porque normalmente "no se tiene tiempo" y se vive centripetado hacia el exterior y así nos luce el pelo...

    Besazo!

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Quien no lamenta no mama